domingo, 2 de junio de 2013

Cementerio de los Disidentes de Valparaíso

          Habiase ya instalado la República de Chile y el Director Supremo de la Nación Bernardo O"higgins R. dictó una serie de edictos tendientes a la organización de la reciente creada república. Uno de ellos fue la de disponer la creación de los cementerios públicos para dar sepultura a todos los ciudadanos sin importar la raza o el credo que profesaban.

          Recordemos que en esa fecha, no se admitía otro culto que no fuera la Católica, como por ejemplo la fé protestante de las familias Inglesas, Alemanas o Norteamericanas que fueron parte de la fundación y desarrollo de Valparaíso, pues fué la religión oficial y así lo disponía la Constitución de la República promulgada en el año 1818 y que a la letra decía su Titulo II "De la Relijión del Estado":

         " La religión Católica, Apostolica y Romana, es la única y exclusiva del Estado de Chile. Su protección, conservación, pureza e inviolabilidad, será uno de los primeros deberes de los jefes de la sociedad, que no permitirán jamas otro culto público ni doctrina contraria a la de Jususcrito."

           En consecuencia, nos encontramos que la mayoría de los cementerios del País estaban ubicados en los terrenos aledaño a las iglesias, eran administrados por los sacerdotes y fueron ellos los que permitieron y segregaron la sepultura de los difuntos.

         Debido a esto y durante la colonia, cada vez que fallecía una persona, había dos caminos para su sepultura. La primera y menos recurrente, fue para la gente adinerada y que exteriorizaba un estatus social acomodado de la época, entonces sus familiares podían obtener de la prelatura Católica, la autorización para sepultar a sus deudos en el interior de las iglesias y es así que hoy encontramos en las naves de los templos las lápidas donde fueron enterradas las personas ilustres de la colonia.

         En cambio, los que no pertenecían a la religión Católica, no contaban con los recursos económicos o no tenían la gracia de la iglesia, sus entierros se efectuaban en fosas comunes ubicadas mayoritariamente en los acantilados de los cerros porteños, que se iban rellenando en la medida que se colmaban los terrenos o simplemente los lanzaban al mar después de una breve ceremonia de su culto.

        Hacia el año 1800, Valparaíso comenzó a poblarse con los inmigrantes que provenían preferentemente de Europa y Norteamerica. Sus inicios no fueron auspiciosos para sus pretenciones de vida, se encontraron con una férrea oposición de los locales y una odiosidad de los catolicos intransigentes que no aceptaban que ellos fueran sepultados en sus cementerios.

          Estas razones llevaron en el año 1823 al consul de Inglaterra en Valparaíso George Seymur y con  la ayuda del Intendente de la época Almitrante Robert Simpson, emprendieran las conversaciones con el municipio porteño  tendiente a adquirir una propiedad para sepultar a sus compatriotas, logrando comprar una hectárea de terreno en el cerro Panteón.

        La comunidad porteña los llamó el "Cementerio de los Disidentes", por su características de recibir a todos aquellos difuntos que no participaban de la religión del estado.

          El cementerio fue inaugurado en el año 1827 con una solemne ceremonia en la cual se trasladaron los restos mortales de los marineros pertenecientes a la fragata Estadounidense Essex que en el año 1814 fue atacada por los navíos Ingleses Phoebe y Cherub a la cuadra del muelle Vergara. Los oficiales y marineros Norteamericanos fallecidos (40) por haber sido protestantes, fueron enterrados en las faldas del cerro Playa Ancha y una vez abierto el camposanto, fueron llevados y sepultados con los honres correspondientes en un mausoleo de marmol blanco.

         Es una tradición que cada vez que arriba un navío de guerra Norteamericano a la rada de Valparaíso, sus tripulantes lo visiten para rendir los respetos militares a sus camaradas.

         Esta discriminación fue abolida en el año 1883, al promulgarse las leyes laicas.








No hay comentarios:

Publicar un comentario