sábado, 6 de octubre de 2012

PABLO NERUDA


ODA AL COBRE

El cobre ahí dormido.
Son los cerros del norte desolado.
Desde arriba las cumbres del cobre,
cicatrices hurañas,
mantos verdes,
cúpulas carcomidas por el ímpetu abrasador del tiempo,
cerca de nosotros la mina: la mina es solo del hombre,
no sale de la tierra el mineral,
sale del pecho humano,
allí se toca el bosque muerto,
las arterias del volcán detenido,
se averigua la veta,
se perfora y estalla la dinamita,
la roca se derrama, se urifica: va naciendo el cobre.


Antes nadie sabrá diferenciarlo de la piedra materna.
Ahora es hombre.
Parte del hombre, pétalo pesado de su gloria.
Ahora ya no es verde, es rojo,
se ha convertido en sangre, en sangre dura, en corazón terrible.

Veo caer los montes, abrirse el territorio en iracundas cavidades pardas,
el desierto, las casas transitorias.
El mineral a fuego y golpe y mano se convirtió en lingotes militares,
en batallones de mercaderías.
Se fueron los navíos.


.
A donde llegue el cobre, utensillo o alambre,
nadie que lo toqueverá las escarpadas soledades de Chile,
 o las pequeñas casas a la orilla; del desierto, o los picapedreros orgullosos,
mi pueblo, los mineros que bajan a la mina.
Yo sufro.
Yo conozco.
Sucede que de tanta dureza, de las escavaciones, heridas y explosión, sudor y sangre,
cuando el hombre, mi pueblo Chile, dominó la materia, apartó de la piedra el mineral yacente,
éste se fue a Chicago de paseo, el cobre se convirtió en cadenas,
en máquinaria tétrica del crimen,
despues de tantas luchas para que mi patria lo pariera,
después de su glorioso, virginal nacimiento, lo hicieron ayudante de la muerte, lo endurecieron y lo designaron asesino.

   
Pregunto a la empinada cordillera,
al desértico litoral sacudido por la espuma del desencadenado mar de Chile:
¿para eso el cobre nuestro dormía en el útero verde de la piedra?
¿Nació para la muerte?
Al hombre mío, a mi hermano de la cumbre erizada, le pregunto:
¿para eso le distecimiento entre dolores? ¿ para que fuera ciclon amenazante
tempestuosa desgracia? ¿para que demoliera
la vida de los pobres, de otros pobres, de tu propia familia que tal vez
no conoces y que está derramada en todo el mundo?




Es hora de dar el mineral a los tractores,
a la fecundidad de la tierra futura,
a la paz del sonido, a la herramienta, a la máquina clara y a la vida.
Es hora de dar la huraña mano abierta del cobre
a todo ser humano.
Por eso, cobre, serás nuestro,
¡no seguirán jugando contigo a los dados los tahures de la carnicería!
De los cerros abruptos, de la altura verde, saldrá el cobre de Chile.
La cosecha más dura de mi pueblo,
la carola incendiada, irradiando la vida y no la muerte,
propagando la espiga y no la sangre,
dando a los pueblos nuestro amor desenterrado, nuestra montaña verde
que al contacto de la vida y el viento
se transforma en corazón sangrante, en piedra roja.





Nefatí Reyes Basoalto, poeta Chileno nacido en la ciudad de Parral en 1904 y debido a los conflictos familiares, decide en el año 1917 adoptar el seudonimo de Pablo Neruda para escribir sus primeros artículos en el periodico local de su ciudad natal. Fué escritor y diplomático, entre sus obras puedo destacar "Crepúsculo", "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", Residencia en la tierra" y "Canto General", fallece en la ciudad de Santiago en 1973. 

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